:: La petite merde ::

De todos los años que llevo viviendo en Perreira (Risaralda - Colombia), en los 4 últimos, donde el crecimiento de la ciudad se ha dado a grandes pasos, la guarichamenta se ha vuelto más calurienta, arrecha y zamba. Realmente no se si es porque se sienten cosmo-ghetto-politas o que coños, lo cierto es que les está picando y harto, tanto que podría hacer el paralelo con los perros cuando les pica el culo que se sientan sobre el ano y con las patas delanteras halan el cuerpo arrastrandose y dejando un caminito de agua café. Imagínese en ese mismo oficio a la mamacita que vive frente a su casa, pero arrastrándose por delante.

Las mujeres, normalmente controlan o intentan controlar todo a su alrededor, sin importar el estrato, condición social o el tamaño de la ubre (*En los mamíferos, cada una de las tetas de la hembra). ¿Por que menciono ésto? Porque si le sumamos el calor intrauterino (generado por la sensación de ser guarichas-top) a esa necesidad de controlar y poseer el dominio de cada situación, el resultado es casi una posesión demoníaca.

Básicamente comento ésto porque últimamente he escuchado en todo tipo de antros y de todo tipo de personas (El cineclub Bofes, Las Reinas, Lindas Chicas, Cine Zeus, Creps& Bofes, Arepas.com, Almorzadero y Piqueteadero El Rialto, AJE - Asociación de Jóvenes Estúpidos-, Parqueshit, Guarichas-ejecutivas, Guarichas-serviles, Guarichas-amas de casa, Guarichas-teen, Guarichas-emprendedoras, Guarichas-socialité, Guarichas-HighSociety, Guarichas-mamás, Guarichas-hermanas, Guarichas-tías, rameruelas de semáforo o servicio al cliente de la Telefónica de Pereira, meretrices ochentonas, hijas de perra, perras, proxenetas, políticos, periodistas o Krustys, hijos de la chingada, vendedores de morcilla en olla, engullidores de morcilla, buche, ano de puerca requemado, etc) que la vaina se está poniendo caliente. Aparte que los hijos de perra chinos están invadiendo el mundo con cuanto artilugio pueda existir, el desarrollo de la ciudad está llenando las calles, callejones, parajes, parques, vías y cuchitriles con una viejas arrechas aparentonas.

Todas estas hijas de la que las parió, se ven por la calle como gente normal pero la gonorrea se escurre como un fluido verde por sus venas y calienta la sangre. Ese calor se toma todo el cuerpo y se concentra en la arepa, tostándola y dándole una textura y un color carrasposo y tiznado, causando un deseo incontenible de poseer lo que se les atraviese. Usted perfectamente puede ver por los andenes de Pereira, señoras de la casa, niñas colegialas, personalidades públicas, y nunca imaginarse que bajo los trajes reposan sus coñitos (parte externa del aparato genital de la hembra) en "la tanga ejecutiva", o peor aún, que cualquier orificio del cuerpo es perfecto receptor y generador de placer así como chimenea de ventilación de la arepa tostada.

En conclusión: la vida moderna las ha vuelto más alegres y complacientes, tan calurientas que la arepa arde y si se descuida le entregan el chorizo en carne viva.

Que así sea!